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Burbujas del capitalismo especulativo
Por Episteme - 28 de Mayo, 2008, 13:50, Categoría: Crisis de materias primas
Especular con alimentos
Por Wim Dierckxsens(*) Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI) La especulación con los precios de los alimentos condujo a una ola de hambre mundial. Grandes fondos de inversión trasladaron millonarias sumas a la plaza internacional de commodities cuando la burbuja inmobiliaria se pinchó. Los cereales se han convertido en un objeto más del juego financiero y entre marzo de 2007 y marzo de 2008, el trigo ha aumentado 130 por ciento, la soja 87, el arroz 74 y el maíz 53 por ciento. Frente a la crisis financiera e inmobiliaria, que estalló en Estados Unidos en agosto de 2007, los grandes fondos de inversión especulativos trasladaron millonarias sumas de dinero a la plaza internacional de commodities. ![]() ![]() Cuando la burbuja inmobiliaria se pinchó, los especuladores rehabilitaron un viejo paraíso: los mercados de cereales. Estos alimentos se han convertido en un objeto más del juego financiero, cuyos precios se modifican (y aumentan) por movimientos especulativos y no en función de los mercados locales o las necesidades de la población. Según la FAO, entre marzo de 2007 y marzo 2008, el trigo ha aumentado 130 por ciento, la soja 87, el arroz 74 y el maíz subió 53 por ciento. El alza del precio de los alimentos se atribuye a una "tormenta perfecta" provocada por la mayor demanda de alimentos por parte de India y China, la disminución de la oferta a causa de sequías y otros problemas relacionados con el cambio climático, el incremento de los costos del combustible empleado para cultivar y transportar los alimentos, y la mayor demanda de biocombustibles, que ha desviado cultivos como el maíz para alimento hacia la producción de etanol. Poco y nada se habla de la especulación con el hambre. En los últimos nueve meses de 2007, el volumen de capitales invertidos en los mercados agrícolas se quintuplicó en la Unión Europea y se multiplicó por siete en Estados Unidos, según precisa Domique Baillard en "Estalla el precio de los cereales", en Le Monde Diplomatique, en la edición de mayo. La especulación en torno a los alimentos básicos se transforma empuja los precios de los cereales y el azúcar hacia nuevos máximos, inalcanzables para una inmensa masa de población, que principalmente se encuentra en Asia, Africa y América Latina. ![]() En el actual contexto, un congelamiento de la especulación en los mercados de alimentos de primera necesidad, tomado como una imperativa decisión política, contribuiría inmediatamente a bajar los precios de los alimentos. Nada impide hacerlo pero nada hace prever que se esté pensando en un cuidadoso conjunto de medidas en ese sentido. No lo que está proponiendo ni el Banco Mundial ni el Fondo Monetario Internacional. ![]() La crisis alimentaria está ocurriendo mientras hay suficiente comida en el mundo para alimentar a la población global. El hambre no es la consecuencia de la escasez de alimentos sino al revés: en el pasado, los excedentes de alimentos en los países centrales fueron utilizados para desestabilizar las producciones de los países en desarrollo. Mientras los especuladores de gran escala se benefician de la crisis actual, la mayoría de los campesinos y agricultores no se benefician de los precios altos. La tierra se vuelve más cara. La especulación con la tierra agrícola va en aumento. Los desalojos a menudo forzados son la consecuencia. Los campesinos que se mantienen cultivan pero la cosecha a menudo ya está vendida al que presta el dinero, a la compañía de insumos agrícolas o directamente al comerciante o a la unidad de procesamiento. Aunque los precios que se pagan a los campesinos han subido para algunos cereales, ese aumento es muy poco comparado con los incrementos en el mercado mundial y a los ajustes que se han impuesto a los consumidores. ![]() LIBRE COMERCIO Las reglas del juego cambiaron dramáticamente en 1995, cuando el acuerdo en la OMC sobre la agricultura entró en vigor. Las políticas neoliberales socavaron las producciones nacionales de alimentos, y obligaron a los campesinos a producir cultivos comerciales para compañías multinacionales y a comprar sus alimentos de las multinacionales en el mercado mundial. Los tratados de libre comercio han forzado a los países a "liberalizar" sus mercados agrícolas: reducir los aranceles a la importación. Al mismo tiempo, las multinacionales han seguido haciendo dumping con los excedentes en sus mercados, utilizando todas las formas de subsidios directos e indirectos a la exportación. ![]() Por lo anterior, los países periféricos se han convertido en adictos a las importaciones de alimentos baratos. Y ahora que los precios se están disparando, el hambre está creciendo. Muchos países que hasta entonces producían suficiente comida para su propia alimentación fueron obligados a abrir sus mercados a productos agrícolas del extranjero. Al mismo tiempo, la mayoría de las regulaciones estatales sobre existencias de reserva, precios, producciones o control de las importaciones y exportaciones fueron desmanteladas gradualmente. Como resultado, las pequeñas explotaciones agrícolas y ganaderas de todo el mundo no han sido capaces de competir en el mercado mundial y muchos se arruinaron. ![]() En todo el mundo están estallando disturbios por los precios de los alimentos. Ha habido protestas en Egipto, Camerún, Indonesia, Filipinas, Burkina Faso, Costa de Marfil, Mauritania y Senegal. Demostraciones similares, huelgas y enfrentamientos tuvieron lugar no sólo en la mayor parte del Africa sub-Sahariana sino también en Bolivia, Perú, México y sobre todo en Haití. El precio de los alimentos en Haití subió un promedio de más 40 por ciento en 2007, con los de primera necesidad como el arroz, duplicándose en una semana a fines de marzo de 2008. Los disturbios por el alza de los precios de los alimentos en Haití han dejado muertos y cientos de heridos, y condujeron a la destitución del primer ministro Jacques-Edouard Alexis. El Programa Mundial de Alimentos calificó la actual crisis alimentaria como un "tsunami silencioso" que sumirá en el hambre a otras 100 millones de personas. Después de 14 años del Nafta (Tratado de Libre Comercio de Norte América) México enfrenta un grave problema con el alimento básico de su población, denominada la "crisis de la tortilla". De ser un país exportador, México pasó a ser dependiente de la importación de maíz de Estados Unidos. Actualmente México importa el 30 por ciento de su consumo de maíz. Durante el último medio año, crecientes cantidades de maíz de los Estados Unidos fueron súbitamente derivadas a la producción de agrocombustibles. Las cantidades disponibles para los mercados mexicanos disminuyeron, provocando un aumento de precios y dejando al país con una situación de vulnerabilidad en su seguridad alimentaria. PROTECCIONISMO NEOLIBERALISMO Mientras estallan los disturbios por hambre en todo el mundo, dirigentes mundiales como Pascal Lamy (director general de la OMC), Dominique Strauss-Kahn, director del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, están alertando de los peligros del proteccionismo. ![]() Según Ki-Moon, "más comercio, no menos nos sacará del agujero en el que estamos". Bajo las reglas del libre comercio, la protección de los alimentos se ha convertido en una palabra sucia. Cuanto contraste con la ayuda de miles de millones de dólares que reciben los grandes bancos y financieras para evitar su quiebra ante los juegos especulativos. El Banco Mundial y el FMI, así como algunos países centrales están ahora abogando por más importaciones, eliminando todos los aranceles para los países pobres importadores de alimentos y liberalizar más los mercados para que los países puedan mejorar sus ingresos mediante la exportación. ![]() Siguen promoviendo más acceso para sus multinacionales en la Ronda de Doha y condicionar el apoyo financiero extra a criterios políticos para aumentar la dependencia de esos países. Nada dicen sobre la necesidad de una mayor regulación y estabilización del mercado, ni mucho menos de la necesidad de la soberanía alimentaria. ![]() Los grandes ganadores de la crisis alimentaria son también actores centrales en la promoción de los agrocombustibles: las trasnacionales que acaparan el comercio nacional e internacional de cereales, las empresas semilleras, los fabricantes de agrotóxicos. ![]() Con la mayor casualidad del mundo, las semillas transgénicas y los agrotóxicos constituyen hoy la solución que proponen los poderosos a los nuevos problemas que ellas mismas han generado. Cargill, ADM, ConAgra, Bunge, Dreyfus dominan juntas más del 80 por ciento del comercio mundial de cereales. El neoliberalismo ha permitido que los alimentos pasen a ser una mercancía más expuesta a la especulación y al juego del mercado. SOBERANIA ALIMENTARIA La actual crisis con los alimentos es el resultado directo de tres décadas de globalización neoliberal. En otras palabras, el mercado de valores no da de comer a los hambrientos. Detrás de los disturbios se encuentran los fracasos de los llamados acuerdos de libre comercio y de los acuerdos de préstamos de emergencia impuestos a los países pobres por las instituciones financieras como el Fondo Monetario Internacional. Ante la gravedad de la crisis, la soberanía alimentaria y el derecho a la alimentación resulta la respuesta más evidente. En el ámbito internacional hay que tomar medidas para la estabilización. Deben establecerse reservas de seguridad internacionales así como un mecanismo de intervención para estabilizar los precios. Los países exportadores deben aceptar las normas internacionales que controlan las cantidades que pueden llevar al mercado. Los países deben tener la libertad de controlar las importaciones para poder fomentar y proteger la producción nacional de alimentos. ![]() (Página/12 - Buenos Aires) (*) ![]() Disponible en: http://www.tribunademocratica.com/2008/05/especular_con_alimentos.html |